Tras graduarse en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona en 1999, el artista catalán Agusil se embarcó de inmediato en una brillante carrera como pintor. Le fascinan las caras de las mujeres y rápidamente se sintió atraído por los retratos, que trabajó durante muchos años junto a su prima María, con quién desarrolló una técnica única.

Se inspira tanto en las fotografías como en las personas que ve para construir sus retratos multicolores, capturando por momentos una mirada seductora, una expresión misteriosa…

Las manchas de color contrastan con los ojos penetrantes y esculpidos labios, que revelan el carácter completo de sus figuras. Para obtener este resultado, el artista cubre sus lienzos con colores resonantes de óleo y pintura acrílica, que después vuelve a trabajar con una espátula o un pincel. Está muy influenciado por artistas contemporáneos como el pintor chino Kwangho Shin o Georg Baselitz y su obra se basa en la «pintura de acción», que es un movimiento que pone énfasis en la actuación física de pintor. Agusil trabaja desde el instinto con gestos rápidos y seguros y deja mucho espacio para la aleatoriedad. Dado que se aplica con grandes gestos y muchas veces se mezcla con agua, la pintura corre hacia abajo, lo que crea diseños en relieve y efectos con luces inesperadas y de esta forma la gravedad y la materialidad dictan sus leyes. Quiere dejar que su subconsciente se exprese en las manchas que al principio parecen aleatorias pero que siempre acaban encarnando a un personaje brillantemente vivo.

Hoy continúa su investigación artística por cuenta propia y su obra evoluciona hacia colores cada vez más saturados y hacia formas que se alimentan de experimentos abstractos, sin perder cada uno su figuración.